Sapium is a plant genus of the Euphorbiaceae family, comprising about 125 species. The genus is native to the Neotropics. Some of its species have been historically cultivated for soap production and other tallow product, hence the name Sapium. Curupi (Sapium glandulosum) is a common evergreen or briefly deciduous canopy tree (7-8 m high). Notable for its thin crown and prominently fissured bole, this species has a commonly cylindrical trunk though not usually very straight. The bark is patterned by dark, deep fissures that meander vertically up the bole and that cut its lighter gray surface into narrow strips. Often, the trunk is further textured by prominent branch scars manifest as raised and horizontally-stretched knobs that are periodically spaced along its length. If the bark, twigs or leaves of this species are cut or broken, a thick, white, latex-containing sap is exuded. Branches and twigs are fat and relatively few in number. This, combined with a spare covering of foliage, produces a very open and airy crown. The leaves (12 cm long) are simple, alternate, finely serrate, and long petioled (1.5 cm). Blade shape is elliptical and their short, stubby drip-tips are thickened and partially folded. Two pointed glands protrude from the petiole near the base of the blade. The flowers are borne on reddish-green terminal spikes, with each inflorescence containing the separate flowers of both sexes. Male blossoms, more numerous and smaller, are composed of discreet clumps of red stamens and they are arranged along the apex of the spike. Female blossoms - green globular (4 mm) structures topped by three-part, divided pistils - occupy the spike's proximal end. Flowers appear in spring. The fruits are capsules (1.5 cm) that develop from the ovaries of the female flowers. Numbering three or four per spike, each capsule dries and opens into three sections. An equal number of red-ariled seeds. These germinate soon (within a week or two) after coming into contact with the moist forest floor. Curupi flowers are pollinated by bees and other flying insects. After this has occurred, the male end of the flower spike dies and drops off, leaving only the female flowers to develop into fruiting capsules. Once mature and open, the ariled seeds become an obvious and easily detectable food source for animals - especially birds. Pigeons have been observed harvesting these seeds in large flocks. Presumably, the seed is regurgitated or expelled in droppings after consumption and thus dispersed a good distance away from the parent tree. Curupi trees and saplings are sturdy and resistant to drought and excessive sunlight and are thus good pioneer plants. They frequently are among the first to invade clearings caused by tree-falls, landslides, or human intervention. They are also good competitors on steep slopes where soils are thin and xeric conditions are prevalent. Curupi has potential for use in reforestation programs, where poor, droughty soils in sunny locations are to be reclaimed. Well adapted to such harsh conditions, this secondary species is capable of improving and stabilizing the environment so that other, more sensitive but longer lived forest trees can gain a foothold.
Sapium es un género de plantas de la familia Euphorbiaceae, la cual comprende unas 125 especies. Es nativo de los Neotrópicos. Algunas de sus especies han sido cultivadas históricamente para la producción de jabón y sebo; de allí su nombre. El Curupí (Sapium glandulosum) es un árbol del dosel perenne o brevemente deciduo (de 7-8 m de altura). Se caracteriza por una copa fina y tronco prominentemente fisurado, usualmente cilíndrico y no muy erecto. La corteza está labrada de fisuras oscuras y algo profundas que serpentean verticalmente a lo largo del tronco y cortan su superficie gris clara en tiras. A menudo este último está adicionalmente texturado por cicatrices de ramas caídas y nudos que se estrechan horizontalmente y van apareciendo a lo largo del mismo. Si la corteza, ramas u hojas son cortadas o rotas, de ellas brota una savia blanca conteniendo látex. Tanto las ramas como las ramillas son gruesas y relativamente escasas. Esto, combinado con un follaje poco denso, le otorga una copa bastante abierta. Las hojas (de unos 12 cm de largo), son simples, alternadas, finamente aserradas y cuentan con un largo pecíolo (1.5 cm). Su forma es elíptica con punta ancha y un tanto doblada. Dos glándulas puntiagudas parten del pecíolo cerca de la base de la lámina. Las flores surgen de espigas o amentos terminales de un tono verde-rojizo. Cada inflorescencia contiene separadas las flores de ambos sexos. Las masculinas (más pequeñas y numerosas), están compuestas por grupos de estambres rojizos y se distribuyen a lo largo del ápice de la espiga. Las femeninas, en tanto, son estructuras globulares verdosas (4 mm) de las que surgen pistilos divididos de a 3 y se ubican en la parte inferior de la espiga. La floración tiene lugar en la primavera. Los frutos son cápsulas redondas (1 cm). Aparecen de a 3 o 4 en cada espiga y al secarse se abren en 3 secciones. De cada una de ellas sale un número igual de semillas con un arilo rojizo. Éstas germinan rápidamente (dentro de una o dos semanas) luego de haber entrado en contacto con el suelo húmedo del bosque. Las flores del Curupí son polinizadas por avejas y otros insectos voladores. Una vez que ésta ocurre, las flores masculinas se caen dejando a las hembras que produzcan las cápsulas. Una vez maduras y abiertas, las semillas ariladas son fácilmente detectadas como fuente de alimento por algunos animales - en especial, las aves. Se ha observado a las palomas cosecharlas en grandes bandadas. Presumiblemente la semilla sea regurgitada o excretada en las heces y dispersada a una buena distancia del árbol parental. Los Curupís son resistentes a las sequías y la luz solar excesiva, haciéndolos árboles pioneros muy efectivos. Son frecuentemente los primeros en invadir las aperturas causadas por la caída de otros árboles o la intervención humana. Son también buenos competidores en las cuestas escarpadas donde los suelos son delgados y las condiciones xéricas prevalecen. El Curupí cuenta con potencial para el uso en los programas de reforestación donde prevalezcan suelos pobres y un tantos expuestos a la radiación solar. Bien adaptados a estas condiciones, esta especie es capaz de mejorar y estabilizar el medio ambiente para que otras especies más longevas puedan echar raíces.
3 comments:
¡Hola Alejandro!
Siempre un placer ver tu blog the Flora nativa. Un comentario te dejo nomás: aparentemente habría dos Sapium en Uruguay, S. haematospermum y S. glandulosum... la synonymia es matadora. me pareci{o ver unas gladulitas en la basa de las hojas y me inclino por S. glandulosum en este caso.
Abrazo enorme.
Gabriel
Hola Gabriel, gracias por tus comentarios. Precisamente, S. glandulosum es sinónimo de S. montevidense. Por lo tanto, es la misma especie.
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