Myrsina laetevirens (Myrsinaceae), Opuntia arechavaletae (Cactaceae), Aechmea distichantha (Bromeliaceae)
Oxypetalum parviflorum (Asclepiadaceae)
Oxypetalum parviflorum (Asclepiadaceae)
The psamophilic or sand dune vegetation is found distributed accidentally along the length of the sea coast, and in some zones in the interior of Uruguay. Such flora undergoes stressing conditions of sand accumulation and removal caused by waves and wind. Coastal vegetation is itself dynamic. Earlier, simpler plant communities pave the way for a series of future, more complex ecosystems. This process is reflected in the formation of distinct "zones" that run parallel to the shore. Pioneer species are very tolerant of salt and can therefore grow much closer to the sea than most other grasses. Some species have a waxy coating on the leaves which enables them to retain water. The leaves are often rolled, which is another adaptation which reduces the leaf surface area exposed to the atmosphere. This decreases the plant transpiration rates. These first colonizers would hence begin to stabilize new dunes with their networks of root systems. By helping to bind the sand in one place, they produce a more stable wind break, encouraging yet more sand to be deposited and building the dune still higher. However, as the amount of sand being deposited increases, these pioneer plants cannot grow quickly enough to avoid being smothered and their decomposed remnants will eventually enrich the soil with nutrients. The geographic distribution of many species along the Uruguayan littoral is mainly controlled besides the fluctuation of salinity caused by the discharge of fresh, muddy waters of the Rio de la Plata into the Atlantic Ocean, by the confluence of the warm coastal North-South Brazilian and the cold South-North Malvinas (Falkland) currents. Other factors such as human activity, topography, seasonality, and El Niño Southern Oscillation phenomena also contribute to affect the littoral environmental conditions.
La vegetación psamófila o de dunas se encuentra distribuída accidentalmente a lo largo de la costa marina y puede adentrarse incluso en ciertas zonas del interior de Uruguay. Dicha flora sufre duras condiciones de acumulación y remoción de arena causada por las olas y el viento. La costa es de por sí muy dinámica. Al principio, comunidades sencillas de plantas son las que pavimentan el camino hacia una serie de futuros y más complejos ecosistemas. Este proceso se refleja en la formación de "zonas" distintivas que corren paralelamente a lo largo del litoral marino. Las especies pioneras son muy tolerantes a la sal y por lo tanto crecen más cerca del mar que otros pastizales. Algunas especies incluso cuentan con una cubierta serosa en las hojas, lo cual les permite retener agua. Las hojas son a menudo enrolladas, y ello también sería otra adaptación que reduciría el área foliar expuesta a la atmósfera y disminuiría el grado de transpiración. Estas primeras colonizadoras comenzarían entonces a estabilizar a las nuevas dunas con una red de sistemas radiculares. Al ayudar a fijar la arena en un lugar, producen una rompiente de viento más estable y permiten que haya una mayor acumulación de ésta; contribuyendo al crecimiento de la duna. Sin embargo, con el incremento de la arena, las plantas pioneras no pueden crecer lo suficientemente para evitar ser ahogadas y sus restos en descomposición enriquecerán eventualmente el suelo con sus nutrientes. La distribución geográfica de muchas especies a lo largo del litoral uruguayo es principalmente controlada además de la fluctuación de salinidad causada por la descarga de las aguas dulces y barrosas del Río de la Plata en el Océano Atlántico, por la confluencia entre las corriente cálida norte-sur del Brasil y la corriente fría de las Malvinas. Otros factores tales como la actividad humana, la topografía, estacionabilidad y la oscilación septentrional del fenómeno de El Niño pueden contribuir en las condiciones medioambientales en la franja costera.